Nada define más a Palawan que el agua que la rodea. Con paisajes marinos que no tienen comparación con ningún otro lugar del sudeste asiático y una vida salvaje terrestre y acuática, la región menos poblada de Filipinas es también la más cautivadora. Debido a su silueta (una franja larga que se extiende 650 km hasta Borneo), viajar hasta aquí tiene cierta lógica liberadora.

Puerto Princesa (Puerto), con su ubicación central, es la capital culinaria y la puerta de entrada principal a la tranquilidad rural y costera cercana. La mayoría de los viajeros se dirigen al norte, a El Nido o a la ciudad de Coron, campamentos base para realizar excursiones de isla en isla, buceo y esnórquel en el archipiélago de Bacuit y el grupo de Calamianes.

Autopista que transporta a viajeros en bangkas entre pueblos pesqueros, ciudades turísticas y un laberinto de islas deshabitadas. En el sur, donde la topografía es más accidentada, es posible explorar montañas cubiertas de jungla, aunque las instalaciones son decididamente rústicas.

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